La Educación Infantil es una etapa con identidad propia cuya finalidad es la de contribuir al desarrollo físico, afectivo, social, motriz e intelectual de los niños y de las niñas en estrecha colaboración con las familias. A lo largo de esta etapa se sientan las bases para el desarrollo personal y social y se integran aprendizajes que están en la base del posterior desarrollo de competencias que se consideran básicas para todo el alumnado.
En el segundo ciclo de esta etapa se da especial relevancia a los aprendizajes orientados al conocimiento, valoración y control que el alumnado va adquiriendo de su propia persona, de sus posibilidades y de la capacidad para utilizar con cierta autonomía los recursos disponibles en cada momento. En este proceso resulta relevante la adquisición de destrezas para realizar las actividades habituales con un cierto grado de responsabilidad, autonomía e iniciativa en la utilización adecuada de los espacios y materiales, y en el desempeño de las diversas tareas que se realizan en el aula. Las interacciones con el medio, el creciente control motor, la constatación de sus posibilidades y limitaciones y el proceso de diferenciación de los otros harán que los pequeños vayan adquiriendo una progresiva independencia con respecto a las personas adultas.
El lenguaje verbal cobra una especial importancia, ya que es en este ciclo cuando se inicia de forma sistemática la adquisición de la lengua. No hay que olvidar otros tipos de lenguajes, como son el corporal, el artístico, el audiovisual y el matemático, ya que en su conjunto son básicos para enriquecer las posibilidades de expresión y el desarrollo en general de los niños y de las niñas.
El desarrollo de las destrezas y capacidades individuales y su interacción con el medio y con los iguales contribuye a la evolución del pensamiento, enseñando a pensar y a aprender (pensamiento crítico, toma de decisiones, resolución de problemas, utilización de recursos cognitivos…) y sientan las bases para el posterior aprendizaje.
A lo largo de este ciclo, el entorno de los pequeños se amplía y se diversifica, lo que supone afrontar experiencias nuevas e interaccionar con elementos hasta entonces desconocidos. Realizan aprendizajes orientados al establecimiento de relaciones sociales cada vez más amplias y diversas. Aprenden a relacionarse con los demás, a respetar las normas de convivencia, a vivir juntos, y todo ello contribuye al posterior desarrollo de la competencia social.
El carácter integrador de la etapa facilitará la aceptación y el respeto a las diferencias individuales. La diversidad de procedencias, experiencias, ritmos y estilos de aprendizajes, intereses, motivaciones, expectativas y capacidades se entenderán como valores positivos que enriquecerán la tarea educativa y, a través de la educación, esta diversidad contribuirá también a conseguir una sociedad plural y tolerante.
Las áreas son las siguientes: Conocimiento de sí mismo y autonomía personal, Conocimiento del entorno (Medio físico, natural, social y cultural) y Lenguajes: comunicación y representación.
Conocimiento de sí mismo y autonomía personal
En la etapa de la Educación Infantil es necesario que los niños y las niñas encuentren un clima cálido en el que fundamentar su seguridad afectiva. Deben experimentar relaciones positivas tanto para que las interacciones sean eficaces como para mejorar su atención y motivación por el medio.
Esta área hace referencia a la construcción gradual de la propia identidad y de su madurez emocional, al establecimiento de relaciones afectivas con los demás basadas en el respeto a las normas de convivencia y a la autonomía personal como procesos inseparables y necesariamente complementarios. Los contenidos de esta área adquieren sentido desde la complementariedad con el resto de las áreas.
En este proceso de construcción personal son importantes las interacciones de los pequeños con el medio, el creciente control motor, el desarrollo de la conciencia emocional, la constatación de sus posibilidades y de sus limitaciones, el proceso de diferenciación de los otros y la independencia cada vez mayor con respecto a las personas adultas.
La identidad es el resultado de las experiencias que los niños tienen al interaccionar con su medio físico, natural y social. Dicha interacción debe promover la imagen positiva de uno mismo, la autoestima, la autonomía…, y los sentimientos que desencadenan deben contribuir a la elaboración de un concepto personal ajustado para un desarrollo pleno y armónico.
Las experiencias con el entorno deben ayudarles a conocer global y parcialmente su cuerpo, sus posibilidades perceptivas y motrices, a disfrutar de sus sensaciones y servirse de las posibilidades expresivas de su cuerpo para manifestarlas. Conocer sus características individuales y las de los compañeros va a ir contribuyendo a que adquieran actitudes no discriminatorias.
Se atenderá asimismo la afectividad como dimensión esencial en el desarrollo de la personalidad infantil, potenciando el progresivo reconocimiento, expresión y control de emociones y sentimientos.
Dentro de esta área se trabajará, además, la adquisición de buenos hábitos de salud, de higiene y de nutrición. Estos hábitos contribuyen al cuidado del propio cuerpo y de los espacios en los que transcurre la vida cotidiana, y a la progresiva autonomía de los niños y de las niñas.
Conocimiento del entorno (Medio físico, natural, social y cultural)
El descubrimiento del medio físico, natural, social y cultural implica, además de una determinada representación del mundo, la existencia de sentimientos de pertenencia, respeto, interés y valoración de todos los elementos que lo integran. El objetivo de esta área es facilitar el conocimiento y la comprensión de todo aquello que configura la realidad del alumnado.
Con esta área de conocimiento y experiencia se pretende favorecer el proceso de descubrimiento y representación de los diferentes contextos que componen el entorno infantil, así como facilitar su inserción en ellos de manera reflexiva y participativa.
Las interacciones que los niños y las niñas establezcan con los elementos del medio, que con la entrada en la escuela se amplía y diversifica, deben constituir situaciones privilegiadas que los llevarán a ampliar sus conocimientos sobre el mundo y a desarrollar habilidades, destrezas y competencias nuevas.
Para conocer y comprender cómo funciona la realidad, el pequeño indaga sobre el comportamiento y las propiedades de objetos y materias presentes en el entorno: actúa y establece relaciones con los elementos del medio físico; los explora e identifica; reconoce las sensaciones que producen; se anticipa a los efectos de sus acciones sobre ellos; detecta semejanzas y diferencias; compara, ordena, cuantifica, pasando así de la manipulación a la representación, origen de las incipientes habilidades lógico-matemáticas.
Se acercarán poco a poco al conocimiento de los seres vivos, a las relaciones que se mantienen con ellos, a sus características y a sus funciones y se fomentarán actitudes de respeto y cuidado hacia el medio natural, hacia los seres y los elementos que lo integran.
Empezarán a conocer algunas manifestaciones culturales de su entorno desde una perspectiva abierta e integradora que les permitirá descubrir, además de la cultura propia, otras culturas y formas de vida presentes en la sociedad (costumbres, cultura, vivienda, localización geográfica)…, fomentando actitudes de tolerancia, valoración y respeto.
La importancia de las tecnologías de la información y de la comunicación y su incorporación al funcionamiento de la sociedad actual aconsejan que el alumnado identifique el papel que tienen en sus vidas, interesándose por su conocimiento e iniciándose en su uso.
Lenguajes: comunicación y representación
Esta área hace referencia al desarrollo de la capacidad de comunicación. Las distintas formas de comunicación y representación sirven de nexo entre el mundo exterior e interior al ser instrumentos que hacen posible la representación de la realidad, la expresión de pensamientos, sentimientos y vivencias y las interacciones con los demás.
Trabajar educativamente la comunicación implica potenciar las capacidades relacionadas con la recepción e interpretación de mensajes y las dirigidas a emitirlos o producirlos, contribuyendo a mejorar la comprensión del mundo.
A través de los distintos lenguajes, los niños y las niñas irán descubriendo la mejor adaptación de cada uno de ellos a la representación de las distintas realidades o dimensiones de una misma realidad. Facilitar que acomoden los códigos propios de cada lenguaje a sus intenciones comunicativas les acercará a un uso cada vez más propio y creativo de dichos lenguajes.
Las diferentes formas de comunicación y representación que se integran en esta área son las siguientes: el lenguaje verbal, el lenguaje artístico (plástico y musical), el lenguaje corporal, el lenguaje audiovisual y de las tecnologías de la información y de la comunicación. Estos lenguajes contribuyen de manera complementaria al desarrollo integral de los alumnos y se desarrollan de manera integrada con los contenidos de las dos primeras áreas. A través de los lenguajes, los menores desarrollan su imaginación y creatividad, aprenden, construyen su identidad personal, muestran sus emociones, su conocimiento del mundo, su percepción de la realidad. Son instrumentos de relación, regulación, comunicación e intercambio y la herramienta más potente para expresar y gestionar sus emociones y, en definitiva, para representarse la realidad.
El lenguaje oral es especialmente relevante en esta etapa por ser el instrumento por excelencia de relación y aprendizaje, de regulación de la conducta y de manifestación de vivencias, sentimientos, ideas, emociones… La verbalización, la explicación en voz alta de lo que están aprendiendo, de lo que piensan y de lo que sienten es un instrumento imprescindible para configurar su identidad personal, para conocer, para aprender a hacer, y para aprender a ser y a convivir.
La escuela tendrá como finalidad mejorar la competencia lingüística de los menores, potenciando buenos niveles de comprensión y de expresión, propiciando el incremento de su vocabulario, la mejora de la pronunciación y el empleo de la sintaxis para conseguir una organización clara de las ideas.
En este ciclo, se inicia el aprendizaje de un nuevo código: el lenguaje escrito. Se pretende que los niños descubran y exploren los usos de la lectura y de la escritura, despertando y afianzando su interés por ellos. Se iniciarán en el conocimiento de algunas propiedades del texto escrito y de sus características convencionales, cuya adquisición se ha de completar en Primaria. Es necesario además desarrollar actitudes positivas hacia la propia lengua y la de los demás y despertar la curiosidad por conocer otras. Es preciso también el acercamiento a la literatura infantil como fuente de goce, disfrute, diversión y juego.
El acercamiento a una lengua extranjera se realizará a través de situaciones habituales de comunicación y en contextos de vida cotidiana donde se utilizan saludos, despedidas y otras fórmulas de cortesía. Se generará el interés por participar en interacciones orales en otra lengua. Asimismo, hablar de temas conocidos o predecibles facilitará la comprensión de la idea global de textos orales en lengua extranjera. El uso de un contexto visual y no verbal y de los conocimientos previos que tengan los niños y niñas facilitará el desarrollo de estrategias básicas para apoyar la comprensión y la expresión oral de mensajes en una lengua extranjera.
Los niños y niñas seguirán avanzando en el uso de instrumentos tecnológicos como elementos facilitadores de comunicación, información, disfrute, expresión y creación. La utilización de medios como el ordenador, las tabletas, las pizarras digitales, la cámara fotográfica, los reproductores de audio y vídeo, las consolas de videojuegos… les permitirá ir conociendo e interpretando los distintos lenguajes de las tecnologías: audiovisual, multimedia, musical, oral, escrito, plástico, matemático e icónico.
Estas áreas deben concebirse con un criterio de globalidad y de mutua dependencia y entenderse como ámbitos de actuación, como espacios de aprendizajes de conceptos, actitudes y procedimientos que contribuyen al desarrollo de los niños y de las niñas de estas edades.
Objetivos generales de la etapa de Educación Infantil
Los objetivos generales para la etapa de la educación infantil son además de los establecidos en el artículo 13 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, los expresados en el artículo 4 del Decreto 428/2008, de 29 de julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes a la educación infantil en Andalucía. La etapa de educación infantil constituye una unidad curricular y, por tanto, los objetivos se refieren, consecuentemente, tanto al primer ciclo como al segundo. Asimismo, la formulación de objetivos de área no debe suponer un desarrollo parcelado del currículo de esta etapa. Cada uno de los objetivos de área podrá relacionarse con uno o varios de los objetivos generales de etapa y viceversa, lo que permite y aconseja la planificación del trabajo educativo en el que se aborde y genere conocimientos y competencias diversas, de manera integrada.
La educación infantil contribuirá a desarrollar en los niños y niñas las capacidades que le permitan:
- Construir su propia identidad e ir formándose una imagen positiva y ajustada de sí mismo, tomando gradualmente conciencia de sus emociones y sentimientos a través del conocimiento y valoración de las características propias, sus posibilidades y límites.
- Adquirir autonomía en la realización de sus actividades habituales y en la práctica de hábitos básicos de salud y bienestar y desarrollar su capacidad de
- Establecer relaciones sociales satisfactorias en ámbitos cada vez más amplios, teniendo en cuenta las emociones, sentimientos y puntos de vista de los demás, así como adquirir gradualmente pautas de convivencia y estrategias en la resolución pacífica de conflictos.
- Observar y explorar su entorno físico, natural, social y cultural, generando interpretaciones de algunos fenómenos y hechos significativos para conocer y comprender la realidad y participar en ella de forma crítica.
- Comprender y representar algunas nociones y relaciones lógicas y matemáticas referidas a situaciones de la vida cotidiana, acercándose a estrategias de resolución de problemas.
- Representar aspectos de la realidad vivida o imaginada de forma cada vez más personal y ajustada a los distintos contextos y situaciones, desarrollando competencias comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión.
- Utilizar el lenguaje oral de forma cada vez más adecuada a las diferentes situaciones de comunicación para comprender y ser comprendido por los otros.
- Aproximarse a la lectura y escritura en situaciones de la vida cotidiana a través de textos relacionados con la vida cotidiana, valorando el lenguaje escrito como instrumento de comunicación, representación y disfrute.
- Conocer y participar en algunas manifestaciones culturales y artísticas de su entorno, teniendo en cuenta su diversidad y desarrollando actitudes de interés, aprecio y respeto hacia la cultura andaluza y la pluralidad cultural.